¿Qué es el acoso laboral? (O mobbing)
La Nota Técnica de Prevención 854 (editada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo – INSHT) define el concepto de Acoso Psicológico como una “Exposición a conductas de violencia psicológica, dirigidas de forma reiterada y prolongada en el tiempo, hacia una o más personas por parte de otra/s que actúan frente aquella/s desde una posición de poder (no necesariamente jerárquica). Dicha exposición se da en el marco de una relación laboral y supone un riesgo importante para la salud”.
Complementariamente, las investigaciones de Leymann (The content and development of mobbing at work. European Journal of Work and Organizational Psychology, 5 (2), 165-184, 1996) señala que las acciones de agresión deben de generarse “de forma sistemática (al menos, una vez por semana), durante un tiempo prolongado (más de 6 meses)”.
Si bien estas medidas temporales pueden modificarse por la magnitud de la agresión sufrida, siendo aceptable en agresiones más graves una duración o frecuencia menores de las expuestas para ser aceptado como criterio cumplido.
La realidad del acoso psicológico es muy variada, puede provenir desde cualquier estrato de la organización (superiores, inferiores, iguales, coaligados o por separado), puede incluir violencia física y conductas notorias y públicas o ser sutil.
Aunque generalmente, suele evitarse la obviedad de lo físico y limitarse a maltrato verbal, modal y psicosocial (incluyendo boicot y sabotajes sobre temas laborales, menosprecio, discriminaciones, agravios comparativos, críticas injustas y varias formas de mentiras, entre otras muchas posibilidades).
Perfiles y fases del Acoso Laboral.
Respecto a los perfiles de los acosadores y las victimas, circulan por los medios múltiples descripciones que beatifican a las victimas y demonizan a los agresores.
Lamentablemente, estas descripciones no se ajustan a la verdad; la realidad es que cualquiera puede ser victima y cualquiera puede ser agresor (de hecho, se dan casos de victimas que, en otro momento, ejercen de agresores y viceversa).
Sí se han encontrado vulnerabilidades psicosociales (edad, número de hijos a cargo, patologías mentales previas…) que parecen facilitar la victimización, pero los estudios no son concluyentes.
También abundan en la Red descripciones exhaustivas sobre las supuestas fases que tiene un proceso de acoso. Pero, la realidad es que las acciones humanas difícilmente pueden encajarse en marcos teóricos; cada acoso evoluciona de forma propia, y pueden ser discontinuos, senoidal, por temporadas, dependiendo de la carga de trabajo del centro, afectado por motivos de salud o vacaciones, por la propia percepción de la victima o por simples criterios de oportunidad (se acosa, cuando se puede)…